(Construyendo juntos el conocimiento de la Historia)
Lima Ascética
En las artes destacaron los arquitectos Juan Martínez de Arrona, diseñador y constructor de la fachada principal de la Catedral, y Juan del Corral, arquitecto del Puente de Piedra. En los primeros lustros del siglo XVII también vivieron en Lima los notables pintores italianos Bernardo Bitti, Mateo Pérez de Alesio y Angelino Medoro, además de Pedro Pablo Morón y Leonardo Jaramillo, Pedro de Reynalte Coello (hijo del pintor de cámara de Felipe II, Alonso Sánchez Coello). Otros artistas fueron los anónimos talladores de las sillerías del coro de la iglesia de Santo Domingo y la iglesia de La Merced, los escultores Gaspar de la Cueva Martín Alonso de Mesa y Pedro de Noguera (autor este último de la espléndida sillería de coro de la Catedral y del diseño y parte del de la iglesia de San Agustín). Y no faltaron destacados grabadores como fray Francisco Bejarano, Juan de Belveder y Cristóbal de Espinoza.
A la capital también llegaron esculturas de Juan Martínez Montañés, Luis de Betancur, Gregorio Hrnández y Juan de Mesa; y pinturas del círculo de José Ribera el “Españoleto”, de Domenico Theotokopulus “El Greco”, Francisco de Zurbarán, Bartolomé Esteban Murillo, Juan de Valdés Leal, Alonso Cano, Bartolomé Román, Pedro Pablo Rubens y Simón de Vos.
El siglo XVII en la Lima Virreinal fue también un siglo ascético. Fue en esta época que vivieron santos como Rosa de Lima, Toribio de Mogrovejo, Francisco Solano, Martín de Porres y Juan Masías, que impregnaron de carácter místico la ciudad. La beatificación (1668) y la posterior santificación (1669) de Santa Rosa, además, fue motivo de grandes celebraciones en la capital, pues su elevación a los altares fue considerada como un triunfo de primera magnitud en la evangelización del Nuevo Mundo.
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