(Construyendo juntos el conocimiento de la Historia)
Apreciaciones sobre el Patriotismo según Francisco García Calderón
El patriotismo, tras la independencia, se forma en medio de la embriaguez de la victoria y e desarrollo de la autonomía nacional, Se acercó al chauvinismo, llegando a ser lírico y declamatorio. El orgullo de las tradiciones y del triunfo afirmaba este culto colectivo. El orgullo de las tradiciones y del triunfo afirmaba este culto colectivo. Durante largos años, el sentimiento de patriotismo primó sobre cualquiera. Tras el triunfo sobre España, durante la guerra reivindicadora de 1867, el orgullo fue unánime y soberbio. Un optimismo absoluto dominaba los espíritus y se caía en los excesos de la riqueza, el despilfarro, y de la gran catástrofe. La guerra de 1879 significó la crisis del patriotismo y es así como el pesimismo fue agudo y general. Hubo una filosofía del dolor y de la derrota que amenazó con esterilizar todos los esfuerzos de restauración nacional, El espíritu nacional no conocía sino los extremos: el egoísmo adulador o la desesperante desconfianza. Pero desde 1895, encontramos una forma más racional de patriotismo. Es un optimismo prudente lleno de experiencia, una confianza más serena en el porvenir y un conocimiento más seguro de la realidad. El chauvinismo desapareció para siempre, y tras haber condenado en exceso, comenzamos a esperar.
Por lo tanto, el patriotismo es la religión civil del país. La fe es un hecho general más bien externo que activo. La familia es siempre el centro de la acción moral. Si bien el alma nacional no está todavía formada, hay sin embargo cierta definición en el espíritu general: el culto de los hechos, la firmeza de la familia y la prudencia del patriotismo.
Elaborado en base a: GARCÍA CALDERÓN, Francisco. El Perú Contemporáneo. Obras Escogidas. 1 Editado por: Fondo Editorial del Congreso del Perú. Año, 2001. P: 185.
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