(Construyendo juntos el conocimiento de la Historia)
A mediados del siglo XVIII, el dominio criollo de la maquinaria gubernamental americana fue especialmente marcado en las audiencias, en donde la combinación de la venta de cargos y la inercia administrativa habían provocado una situación, sobre todo entre 1740 y 1750, en donde la mayoría de los oidores eran criollos. Es más, a varios de estos mecanismos nombrados se les permitió servir en los tribunales de su tierra natal, haciendo así que a la Corona le fuera virtualmente imposible defender la noción de que administrarían justicia imparcialmente y defenderían los intereses reales en el ejercicio de su papel administrativo.
Entre 1730 y 1750, más que la mitad (52%) de los 102 nuevos ministros nombrados en las audiencias americanas fueron criollos. Los intentos que Arriaga hiciera desde mediados de siglo por revertir esta tendencia se vieron bstaculizados por el respeto por los derechos de las personas que ya ocupaban su cargo, y debido a que hubo pocas vacantes. Sin embargo, entre 1751 y 1777, los criollos en toda América apenas si ibtuvieron doce de las 102 vacantes que hubo (12%) y, si bien la deliberada política propeninsular se suavizó durante el reinado de Varlos IV, en el período 1778-1808 apenas el 30% del total de cargos fue ocupado por los criollos. Cuando a partir de 1810 los voceros criollos de América exigían al Consejo de Regencia y a las Cortes la igualdad en el acceso a los puestos públicos, luego del colapso del gobierno metropolitano, no estaban solicitando algo nuevo sino la restauración de un antiguo derecho, del que habpian sido privados después de 1750.
Extraido de:
FISHER, John. Perú Borbónico.d 1750-1824. IEP. Año 2000.
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