(Construyendo juntos el conocimiento de la Historia)
LA BATALLA DE ARICA
LA BATALLA DE ARICA
Después de la derrota de Tacna, la guarnición de Arica al mando de Bolognesi, confiaba en que no todo nuestro ejército hubiera quedado destruido. Del solar (jefe de Bolognesi), escribió a Piérola desde Tarata el 31 de mayo "Nada sabemos hasta ahora de Arica, pero su pérdida es inevitable" el 03 de junio "hoy he mandado… al coronel Pacheco a Arica dándole cuenta a Bolognesi de lo que ocurre y dándole mi opinión sobre la situación en que se encuentra. Le digo que destruya los cañones y cuanto elemento bélico tiene para pasar ese ejército a Moquegua y unirlo al coronel Leiva. No sé lo que hará, ni si le parecerá a Ud. bien". Pero Pacheco nunca llegó a Arica. Bolognesi despachó el 4 de junio la siguiente carta: "Señor gral. Montero o Crnel. Leiva.- este es el octavo propio que conduce tal vez las últimas palabras de los que sostienen en Arica el honor nacional. No he recibido hasta hoy, comunicación alguna que me indique el lugar en que se encuentra ni la determinación que haya tomado. El objeto de ésta es decir a U.S que tengo al frente 4,000 enemigos poco más o menos, a los cuales cerraré el paso a costa de la vida de todos los defensores de Arica, aunque el número de los invasores se duplique. Si U.S con cualquier fuerza ataca , el triunfo es seguro. Grave, tremenda responsabilidad vendrá sobre U.S si por desgracia no se aprovecha tan segura, tan propicia oportunidad… Es probable que la situación dure algunos días más y, aunque hayamos sucumbido, no será sin debilitar al enemigo hasta el punto de que no podrá resistir el empuje de una fuerza anmosa por pequeño que sea su número. El Perú entero nos contempla. Ánimo, actividad y confianza y venceremos sin que quepa duda…Espero ataque pasado mañana. Dios guarde a U.S. Francisco Bolognesi."
La población del puerto había empezado a abandonarlo desde el 02 de junio. Bolognesi se preparaba para la lucha y telegrafió varias veces: "Apure Leiva". Su telegrama del 5 de junio decía: "Apure Leiva. Todavía es posible hacer mayor estrago en el enemigo victorioso. Arica no se rinde y resistirá hasta el último sacrificio". Pero Leiva, nunca llegó, había regresado a Arequipa, tal vez porque sus tropas no eran de importancia militar.
El 5 de junio, el comando chileno destacó a un parlamentario, el mayor Juan de la Cruz Salvo, quien fue recibido por Bolognesi. Después de expresar que el general en jefe del ejército de Chile quería evitar un inútil derramamiento de sangre cuando ya había sido vencido en Tacna el grueso del ejército aliado, salvo dijo que tenía el encargo de pedir la rendición de la plaza "cuyos recursos en hombres, víveres y municines conocemos". "Tengo deberes sagrados -repuso Bolognesi- y los cumpliré hasta quemar el último cartucho". No obstante, advirtió que esa era su respuesta personal y que consideraba necesario consultar a los demás jefes. Lo que acordaron y respondieron al parlamentario chileno ha quedado consignado en los telegramas que envió inmediatamente después a Arequipa: "Parlamentario impone rendición. Contestación previo acuerdo de jefes: Quemaremos el último cartucho. Bolognesi." (recibido a las 9:00 a.m); y el segundo telegrama (recibido a las 2:40 p.m) "Parlamentario dijo "General Baquedano por deferencia especial a la enérgica actitud de las plazas desea evitar derramamiento de sangre". Contesté según acuerdo de jefes: Mi última palabra es quemar el último cartucho. Viva el Perú. Bolognesi."
No se trató pues, de la bravata de un jefe sino del voto de una junta. Bolognesi y sus hombres hubieran podido abandonar Arica inmediatamente después de la batalla de Tacna, para buscar la retirada hacia Bolivia o el contacto con Leiva. Cuando ya se colocó la artillería chilena en los elevados cerros que rodean la ciudad fue imposible que ignorasen que estaban perdidos. Arica había quedado aislada del ejército peruano. Las tropas de que disponía Bolognesi, que llegarían a unos mil seiscientos hombres, carecían de fuerzas de caballería, mientras los chilenos tenían, cinco mil hombres al mando del Coronel Pedro Lagos y contaba con el apoyo de la escuadra compuesta del Cochrane, la Covadonga, el Loa y el Magallanes.
El asalto fue al amanecer el 7 de junio, y después de las 8 de la mañana todo había concluido. El corresponsal de El Mercurio incluyó en su crónica fechada el mismo 7 de junio las siguientes frases: "sólo More y Bolognesi continuaron haciendo fuego con sus revólveres hasta que un soldado tendió muerto instantáneamente a éste de un balazo que le atravesó el cráneo". Los peruanos perdieron en Arica casi mil hombres, o sea los dos tercios de sus efectivos y el resto cayó prisionero.
Hay diferentes modos de dormir en la soledad de las tumbas, Bolognesi y sus compañeros están siempre acompañados por un cariño y un respeto espontáneos y mutlitudinarios porque, al inmolarse, le dieron al Perú algo más importante que una lección de estrategia: le dieron símbolos nacionales, aliento misterioso para el alma colectiva. El que muere si muere donde debe, vence y sirve."
(Ref. Basadre Jorge. Una antología sobre la Guerra del Pacífico")
El 7 de Junio Es el Día de la Bandera, en honor al arrojo de los valientes que se inmolaron en su defensa en la Batalla de Arica, entre ellos Francisco Bolognesi y Alfonso Ugarte.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Mensaje