Indios bora
Walter Ernest Hardemberg (y su amigo WB Perkings) descubrió los abusos a que eran sometidos en al Amazonía occidental. Los indígenas vivían en su mundo, de la caza y de la pesca para ellos era el paraíso, pero llegó a un final abrupto con el auge del caucho. Para mediados del s XIX la industrialización había convertido la savia del árbol de caucho en un material que podía generar fortunas.
El caucho era valioso y la gente llegaba a la amazonía de todo lugar del mundo. A los explotadores se les llamaba los barones del caucho. Gastaron fortunas en grandes edificios en el entorno selvático. Iquitos era la más remota ciudad cauchera.
El barón del caucho Julio Aranha llegó descalzo a Iquitos de muchacho y vendía mercancía. Con el negocio del caucho rápidamente se convirtió en el rey del caucho. Era muy manipulador. 1907 controlaba el área que circundaba el río Putumayo. Región tenía 40,000 km 2. Aranha usaba métodos terribles pero efectivos. Los hombres eran llevados a los bosques para recolectar caucho y las mujeres y niños eran tenidos con grilletes. Aranha no se involucraba en el trabajo sucio, sino que tenía gente que trabajaba para él. Loayza trabajaba para él y azotaba los indios hasta matarlos cuando no recolectaban la cantidad exigida por día. Consideraban a los indígenas como seres infrahumanos y que no tenían sentido del dolor.
Hardemberg navegó por el Putumayo hasta el Amazonas sin saber que era territorio bajo el control de Aranha. No llegaron lejos antes de que Miguel Loayza los encontrara. “Fuimos arrastrados pateados y maltratados de la manera más cobarde” Aranha los hizo prisioneros en su barco rumbo a Iquitos. Hardemberg inventó una historia. Los convenció de que eran enviados por una gran corporación estadounidense para explorar la región. Con sonrisa de serpiente respondió que cuidaría de nosotros y se marchó. Loayza decidió perdonarlos momentáneamente. Pero los llevaba a todos lados, sobre todo cuando tenía que desembarcar.
Los infortunados indios tienen una apariencia delgada y cadavérica, se asemejan más a fantasmas que a seres humanos. Una forma tradicional de castigo es la mutilación: mutilan brazos piernas, narices, penes y hasta cabezas. Los indios boras eran usados como blancos de tiro. La zona es una mancha negra de la civilización y el tamaño de las abominaciones supera montañas de vergüenza. Hardemberg tenía conciencia social, hizo recuento de los abusos y los recolectó. Debió ser muy sutil para no despertar sospechas. Nadie sabe cuántos indios fueron asesinados en el Putumayo entre 1890 y 1920 se calcula 30,000.
En 1908 cuando la embarcación arribó a Iquitos Hardemberg fue dejado en libertad junto con su amigo. Cuando se entero de que la compañía de Aranha tenía socios inversionistas ingleses dedicó mucho tiempo tratando de llamar la atención mundial con respecto a lo que estaba pasando. En odres se conoció esto como el escándalo del Putumayo. En 1911 forzaron a Aranha a liquidar la compañía. Aranha no fue castigado murió en 1952, y en vida fue elegido senador de Iquitos. Heidemberg murió siendo un héroe anónimo.
Años más tarde uno de los hombres más ricos del mundo quiso involucrarse en una aventura cauchera en el Putumayo. Sólo crecian árboles en la amazonía. Los ingleses a fines del siglo XIX llevaro semillas al Asia y pudieron controlar su precio.
Henri Ford estuvo en contra de que alguien controlara o tuviera monoplio sobre sus automóviles. Ford decía que quería crear su propia plantación de caucho en plena amazonía para tener una fábrica abastecedora de caucho. Se adentró en la Amazonía. Su visión era llevar la cultura americana a la selva, con escuelas, cantinas, tiendas y hasta un campo de golf. Quería crear Fordland, estaría tan remota que hasta hoy sólo se podría llegar ahí por barco. Él subestimó la selva amazónica, lo único que tenía en mente era su necesidad de suministrar caucho a su fábrica. Ford 1887 adquirió más de 80 mil has. de caucho. Pagó 125,000 dólares, lo que hoy sería sólo 1 millón de dólares.
El sitio de la plantación era Tapajos, un tributario del Amazonas . A pesar de que la zona era montañosa un asesor norteamericano le aconsejó que era buena zona. Empezó la lucha de Ford de 20 años contra la selva. Los pioneros escogidos eran empleados de larga trayectoria de Ford, que estaban comprometidos con la compañía.
Ford se estableció en zona brasileña. Creía que sería fácil generar dinero. No traían botanistas, ni ingenieros forestales, ni agricultores, estaba convencido de que no eran necesarios. Archie Weeks ingeniero civil en jefe de Fordland llegó primero para despejar la selva. Su trabajo era construir la plantación de caucho más grande del mundo. Primero se abocó a despejar el bosque. Deforestaron en área. Después de talar árboles le prendieron fuego a la tierra. La gente observaba los pavorosos incendios.
Los árboles fueron procesados. Weeks construyó el aserradero más grande a América a pesar de que Ford no tenía interés en la madera, salvo en las semillas de caucho. Quería trasplantar el estilo de vida estadounidense. Weeks construyó una planta generadora de electricidad, un tanque de agua a 60 m. de altura. Almacenes fueron construidos para durar por siempre. Se tardó diez años en construir la ciudad. Estaba listo para sembrar caucho. Las plantas crecían rápido. Querían producir 38,000 tns, de caucho al año y para ello calcularon que necesitaban hectáreas de árboles. No sabían lo que hacían pues concentraron los problemas. Estaban plantando las semillas de un desastre monumental. 1929 Ford creía que sería recompensado con caucho que necesitaba para sus llantas.
Ford se preocupaba por la forma de vida, dictaminó hasta lo que los obreros podían hacer en sus casas. Prohibió las bebidas alcohólicas, propugnó un estilo de vida sana. Fuera de los límites de la plantación se desarrolló una próspera vida nocturna. Le llamaron “la isla de la inocencia”.
Los empleados empezaron a estar descontentos por la comida que era americana. Un día se sublevaron, arrojaron sus platos. Los supervisores de Ford se encerraron en sus casas. Los trabajadores se amotinaron rompieron vidrios y empujaron camiones en el río. A Ford le lanzaron machetes.
Llamaron al ejército brasileño pero tardó 3 días en llegar a Fordland. Sus trabajos sin expertos fue en detrimento de las instalaciones. Después de 3 años los árboles no crecían. Los habían amontonado, y si crecían separados era porque la sabia naturaleza sabía que juntos eran atacados por una plaga. Al crecer juntos las hojas se tocaban y la plaga se extendía rápidamente.
No produjo más que fracaso. 1933 acudieron a un botanista experto en árboles de caucho, trató de acabar con la plaga, pero la zona era pantanosa y era difícil erradicarla. Ford buscó un nuevo lugar en Belterra, lo intentó 10 años más. Pero con la invención del caucho sintético ya no era necesario el caucho natural. Perdió 20 millones de dólares. 200 millones actuales.
History Channel 10/05/08
Máquinas Modernas
Experiencias Amazónicas.