El visirato fue primeramente un cargo que el califa otorgaba cuando le parecía bien a quien le parecía bien y definiéndolo como le parecía bien. Fue ya en el siglo X cuando parecieron admitirse ciertas costumbres, actuando el visir como un verdadero jefe de gobierno, responsable de una política que él mismo elegía. en cuanto al término wazir aplicado en principio en el Corán a Aarón, sostén de Moisés, había sido empelado desde finales de la época omeya en los medios chiítas para designar al representante, al apoderado de un imán que no actuaba por sí mismo, y su utilización fue la misma en movimientos revolucionarios de tendencia abásida. Una vez lograda la victoria, no teniendo ya razón de ser el antiguo paperl revolucionario del wazir, los califas tomaron poco a poco la costumbre de otorgar dicho título a personaje que les asistía y que, generalmente, se ocupaba de controlar una administració financiera en la que era experto.
Extraído de: SOURDEL, D y J. La Civilización del Islam Clásico. Las grandes civilizaciones. Editorial Juventud. Barcelona, 1968. pag. 259-260.
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