Fue la de Rosa una época especial, pues vivieron junto a ella, en el virreinato del Perú, santo Toribio de Mogrovejo (1538-1606), san Francisco Solano (1549-1610), san Martín de Porras (1579-1639) y acaso san Juan Masías (1585-1645). Con Rosa fueron cinco los santos que produjo la capital virreinal peruana, todos muertos en Lima, salvo santo Toribio que finó en Saña. También fue de este lapso la beata sor Ana de los Ángeles Monteagudo (1602-1686), que floreció en Arequipa.
Igualmente vivieron en el Perú al mismo tiempo que Rosa los siervos de Dios Luis López de Solís (1535-1606), agustino; fray Gonzalo Dias de Amarante (1540-1618), mercedario; Diego Martínez (1542-1626), jesuita; Juan Sebastián de la Parra (1546-1622), jesuita; fray Pedro Urraca (1583-1657), mercedario; Juan de Alloza (1597-1666), jesuita; Francisco del Castillo (1615-1673), jesuita; y Francisco Camacho (1629-1698), juandediano.
Así mismo, fueron coetáneos de Rosa en el virreinato peruano los aspitantes a siervos de Dios María de Jesús (1525-1617), agustina; María de Esquivek (ca. 1530-1609), laica; fray Andrés Corzo (1535-1620), franciscano; Juan de la Concepción (1537-1640), franciscano; Isabel de Porras Marmolejo (ca. 1550-1631), terciaria franciscana; Juan del Castillo (ca. 1555-1636), laico; fran Juan Gómez (ca. 1560-1631), franciscano, Antonio de San Pedro (1561-1622), mercedario; Francisco Verdugo (1561-1636), presbítero y obispo; Estefanía de San Francisco (1561-1645), terciaria franciscana; Miguel de Santo Domingo (ca. 1561 -ca. 1648), donado dominico; Jerónima de San Francisco (1575-1643), concepcionista; Antonio Ruiz de Montoya (1585-1652), jesuita; Lucía Guerra de la Daga (ca. 1587-1649); Francisco de San Antonio (1593-1678), lego dominico; Feliciana de Jesús (ca. 1600-ca. 1664); Isabel de Jesús (ca. 1600-1670), monja no precisada; Miguel de Ribera (ca. 1600-1680), clérigo presbítero; Gonzalo Baes (1604-1662), hermano jesuita; y Úrsula de Cristo (1604-1666), donada clarisa.
En otras palabras, sata Rosa de Lima vivió cronológicamente entre las figuras de los siervos de Dios fray Diego Ruiz Ortiz (1532-1571), el protomártir del Perú, y del virtuoso indio chiclayano Nicolás de Ayllón (1632-1677), sastre de oficio.
No fue, pues, casualidad, que hubiera en el Perú, en la época que vivió Rosa (1586-1617), cuatro santos, una beata, ocho siervos de Dios y veinte bienaventurados. Eran los frutos de la Reforma católica tridentina y de la piedad reinante. Por eso, también correspondió al virreinato del Perú ofrecer las ds primeras santas del continente indiano: Isabel Flores de Oliva (1586-1617), la Rosa de Lima, y Mariana de Jesús Paredes (1618-1645), la Azucena de Quito.
Extraído de: DEL BUSTO DUTHURBURU, José Antonio. Santa Rosa de Lima. Pontificia Universidad Católica del Perú. Fondo Editorial. Año. 2006.
gracias esta buenaza la info! :D
ReplyDelete