Zuidema:
Una gran interrogante que se mantuvo en mí fue si formas de parentesco habían sobrevivido en los Andes centrales después de la caída del imperio Inca, y, en caso afirmativo, de qué manera habían sobrevivido. Solamente un cronista tardío, Cobo, mencionó el matrimonio entre primos hermanos como forma regular, aunque sin estipular que debía ser en la forma matrilineal. Todas las otras fuentes sobre los Incas limitaban la posibilidad de matrimonio entre primos hermanos o parientes más cercanos a la jerarquía nobiliaria. En lugar de un connubio asimétrico, fuentes antiguas y modernas demuestran un interés persistente en intercambiar cónyuges en forma simétrica. En publicaciones posteriores traté de reinterpretar nuestra información sobre el parentesco Inca. El modelo al que estoy llegando integra la interpretación inicial. Veamos primero el problema en cuanto a ciertos conceptos claves de parentesco y después la transformación de las instituciones a las que se referían en el tiempo colonial.
Volviendo a la primera información de Betanzos, éste recogió el término huaccha concha para los hijos (e hijas) de la nobleza en mujeres secundarias. Concha, sin embargo, significa “hijo (e hija) de la hermana de un hombre”, donde la hermana pana¸ se distingue de ñaña “hermana de una mujer”. El término general para “hijo de hombre”, churi, se distingue de huahua “hijo de una mujer”. Pero como churi se distingue también de concha en su uso para “hijo secundario”, tenemos que concluir que churi se usaba también en un sentido más estricto de “hijo primario, principal”. Sugerí que la ecuación de caca “suegro de hombre” (PaEa) y “tío materno” (HoMa), debería interpretarse dentro del mismo contexto (Zuidema 1977, 1990, en prensa). El diccionario de Bertonio (1612) da la explicación de esta ecuación en la cultura Aymara, en la que ocurre el mismo fenómeno. Bertonio observa que no solamente el esposo emplea el término lari para los varones parientes de su mujer (incluyendo su padre y hermano) sino también el hijo de ambos para referirse a los parientes masculinos de su madre. La misma persona que es cuñado para el padre es tío matgerno para su hijo. Sospecho que en el caso Inca solamente un hijo churi podía “heredar” el término cerca de su padre. Esto convertía a todos sus hermanos en concha.
Existieron en el Incario dos tipos de descendencia con distintas reglas de sucesión. EL caso ejemplar del primer tipo fue la sucesión real, aunque se aplicaba en forma más extensa al grupo endogámico de la nobleza Inca (los huaccha cuyac) o a cualquier grupo Collana. Entendermos el otro tipo en contraste con el primero. Los hijos (e hijas) en mujeres de fuera del grupo endogámico eran clasificados como concha, “hijos de la hermana pana”. Ellos formaban una panaca “grupo de descendientes de pana”. En el Cuzco, las panacas eran ayllus secundarios e relación al ayllu primario, la familia rea Capac ayllu.
ZUIDEMA, R.T. El Sistema de ceques del Cuzco. La Organización social de la capital de los Incas. Pontificia Universidad Católica del Perú. Fondo editorial. Año 1995
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