(Foto de la derecha: tomada en el centro de la ciudad de Arequipa, 2008)
En el ayni incaico se priorizaba la construcción de la vivienda de la futura pareja de esposos durante las ceremonias de matrimonio. De ese modo, cuando se concertaba el enlace, todo el pueblo se dedicaba a una sola voz a construir la casa en medio de un verdadero ambiente de fiesta que podía durar meses.
Los beneficiarios se encargaban de proveer a los trabajadores del material necesario, así como de comida, bebida y música para su trabajo.
Hay que recordar que el Imperio Incaico es un imperio musical, donde todas las ocasiones, felices y tristes se convertían en buen momento para el acompañamiento musical.
La parte final de la construcción era el armado del techo; que, requería mucho más trabajo y también indicaba el fin de la faena. De ese modo, también se convertía en el mejor momento para celebrar.
Actualmente se conserva la costumbre en la costa norte, de que cada vez que se va a colocar el techo en una construcción, se procura que, el día que corresponda al "vaciado del techo" (de preferencia domingo), el dueño de casa invite un almuerzo y algo de beber a los trabajadores, que se vistes especialmente para la ocasión. ¿lo has notado?
En la imagen de la derecha se muestra una bonita variación de esta costumbre, rezago de nuestra herencia ancestral, en que, el día que se va a colocar un techo, se procede a cerrar la calle completamente; se invita a los vecinos y se nombra un "padrino de techo", que se encargará de abrir una botella de licor para bautizar el techo y coloca sobre el flamante vaciado, un arreglo floral en señal de buenos deseos.
¡Qué bonito es conocer y valorar nuestra infinita riqueza cultural!
Roxana
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