Construyendo juntos el conocimiento de la Historia
Extracto del Trabajo de
Juan Carlos Araujo
Tercer Año
Capítulo III
San Martin en el Perú
San Martin vino al Perú porque entendió que la independencia de la América española era solo un fenómeno histórico. El no se presento únicamente por la razón militar que invitaba a destruir las fuerzas del virrey de Lima, este fue solo un efecto de nuestra independencia que se expreso de manera varia.
El plan libertador es sencillo. De un lado, San Martin, reembarca su ejército para desembarcarlo al Norte de Lima, como en efecto lo hace el 30 de Octubre. De otra parte, confía una división de apenas un millar de soldados al general Juan Antonio Álvarez de Arenales para que avance hasta Ica y desde allí se interne en la sierra.
1. La expedición libertadora
El 20 de Agosto de 1820 zarpa de Valparaíso la escuadra libertadora. Jefe de la expedición es San Martin. Lord Cochrane (ver anexo 5) es almirante de la flota. Este se compone de ochos navíos de guerra, entre goletas (buque de dos o más mástiles), bergantines, fragatas (buque de tres palos) y de dieciséis transportes. A bordo de ellos viajaban unos cinco mil hombres y unos 800 caballos, veinticinco cañones y una imprenta.
El 7 de setiembre la flota de Cochrane echa anclas en la amplia bahía de Paracas, hoy bahía de la independencia. Se inicia el desembarco el 8 y se completa los días siguientes. El 12 de setiembre en Pisco, se presentan emisarios del virrey pezuela.
El 25 de setiembre de 1820, marca el inicio de las conversaciones entre los representantes del virrey La Pezuela y de San Martin en el poblado de Miraflores. El resultado de la conferencia de Miraflores fue improductivo porque ninguno de los dos bandos cedió en sus planteamientos.
Entre tanto, muchos peruanos sin distinción de clases sociales, desde negros esclavos para arriba, pasan al bando de San Martin. Entre ellos, como hace ver Vargas Ugarte, el marqués de San miguel de Hijar, José de la Fuente y Carrillo de Albarnoz, primer noble titulado que abraza en público la causa de la patria.
2. Planes diferentes
Aquí se puede apreciar que San Martin y Cochrane tenían intereses diferentes. Lord Cochrane estaba al servicio del estado chileno y por lo tanto, de la aristocracia y comerciantes chilenos, ligados también al capitalismo ingles
Cuando Cochrane planteo una guerra fulminante contra los españoles, lo hace con el fin de hacer colapsa la economía peruana y que esta se ve obligada a estrechar sus contactos comerciales con los chilenos (el ejército chileno ya tenía planeado una proyección económica sobre el Perú).
San Martin en cambio, no quería radicalizar la guerra ni la participación de las guerrillas populares, para que quede intacto el sistema económico social y se consolide el poder de los aristócratas criollos: comerciantes y terranientes peruanos.
En 1819, se firmo un tratado con el estado de hile para proceder a realizar la campaña sobre el Perú, con el resultado político de O’Higgins y el apoyo económico de los comerciantes de Santiago y Valparaíso.
3. La guerra por Perú: Una prueba de estrategia
El año 1822 fue para San Martin una especie de momento de la verdad, el año en que se sometió a prueba su tesis y se desafío su estrategia y una nube de incertidumbre flotaba sobre cada uno de sus movimientos. Durante mucho tiempo, los dos elementos básicos de un libertador: Un ejército fuerte y poder personal, le habían sido esquivos. Había llegado al Perú buscándolos y la cuestión era donde hallarlos. La pregunta le inquietaba y para 1822 seguía sin tener respuesta.
La expedición al Perú, brillante en su concepto, había fallado en la práctica por la falta de de exactitud en su composición. San Martin había dirigido una operación dudosa desde su lanzamiento inicial hasta su cierre definitivo. La misma fuerza expedicionaria no era una entidad coherente. El ejército y la armada estaban peleando guerras diferentes y las ideas estratégicas de San Martin cuestionaban por completo las de Cochrane.
Perú mismo era sinónimo de división. Los españoles habían gobernado el país con éxito durante tres siglos mediante el principio de divide y vencerás, con dominios distintos para los diferentes sectores de la sociedad. Una sociedad fracturada y un ejército inestable.
¿De dónde iban a salir los refuerzos? ¿Quién pagaría las nuevas armas? San Martin había agotado las reservas y su crédito en Argentina y Chile. Personalmente no podía afrontar más retrasos y la espera solo serviría para destruir la credibilidad de toda la operación.
Aceptando que sus opciones eran limitadas, en junio de 1822 San Martin decidió viajar a Guayaquil para entrevistarse con el gran libertador del norte, Bolívar.
4. Entrevista de Guayaquil
El 26 de Julio de 1822 tuvo efecto la famosa entrevista de Guayaquil, en la que se conocieron personalmente y debatieron puntos capitalisimos para la emancipación de la América española el general José de San Martin, llamado el Protector y el general Simón Bolívar, llamado el libertador.
Entonces, el protector concibe el designio de entrevistarse con Simón Bolívar, el libertador de la gran Colombia.
El 14 de Julio de 1822 San Martin hace su ingreso a Guayaquil. Es muy bien recibido por la población. Al saludarlo, Bolívar le dice con aquella característica elegancia y fiel a su estilo” Al fin se cumplieron mis deseos de conocer y estrechar la mano del renombrado general de San Martin.
Ese día durante aproximadamente durante hora y media, los dos hombres de la emancipación americana conversan a solas sin testigos. En las mismas condiciones, al día conversaran durante cuatro horas. Por la tarde y noche del 27 de Julio, Bolívar ofrece a San Martin un banquete seguido de baile. A la hora de los postres, el libertador alza la copa y brinda.
Los dos hombres se han retratado. Bolívar, consciente de su grandeza, no se recata en proclamarla. No era el libertador ni pretendía ser una doncella moribunda. Pero reconoce la grandeza de San Martin y la compara con la suya. Antes de la medianoche y de que termine el baile, San Martin se retira sigilosamente, si bien se despide de Bolívar, para embarcarse en “La Macedonia” y hacer proa a Perú.
Es de extrañar que a raíz de esas conversaciones y solo porque se entablaron a puerta cerrada, se hayan creado diferentes conceptos para descubrir el pretendido misterio de la entrevista de Guayaquil.
Comentario: San Martin supo pedir ayuda cuando la necesito, no fue orgulloso ni vanidoso por el largo historial que lo predecía pero tampoco intento parecer menos que Bolívar.
5. La independencia del Perú
Si el primer frente de la guerra de independencia se dio en Yungas (selva tropical de montaña que acompaña a la cordillera de los andes, desde el norte del Perú hasta el norte de Argentina), el ultimo fue en Perú. Uno tras otro los que serian generales y gobernantes del Perú independientes fueron al comienzo oficiales realistas.
Algunos como Ramón Castilla dieron extraordinarias muestras de su fidelismo inicial. La Mar, Gamarra y Santa Cruz aprovecharon un momento oportuno para optar por la independencia.
El 28 de Julio de 1821, en la plaza de armas de Lima, José de San Martin pronuncio unas vibrantes palabras que todos conocemos: “El Perú es desde este momento libre e independiente por la voluntad general de los pueblos y por la justicia de su causa que Dios defiende…”.
Con la llegada de la independencia vino también la creación de los símbolos patrios. La bandera nacional fue creada por San Martin en Pisco el 21 de octubre de 1821 fue modificada inicialmente con franjas horizontales y finalmente tomo el diseño actual el 31 de mayo de 1822.
El primer escudo nacional fue creado por San Martin. El actual escudo nacional fue propuesto al congreso y aprobado el 24 de febrero de 1825.
Comentario: El momento tan esperado había llegado, la tan ansiada libertad. Pero con eso también se venía la creación de un estado, San Martin supo ejercer con la presión y convertirse en el líder que este país buscaba.
6. San Martin y el acta de independencia: ¿convicción o presión?
Hay tres elementos importantes en la campaña en el Perú: el envió de emisarios que lo antecedieron, su proyecto de una monarquía constitucional y su estrategia de controlar al Perú desde Lima.
San Martin no eligió a sus emisarios al azar. Como parte de su política de infiltración en el Perú envió limeños que tuvieran contactos en la capital y conocieran el medio. Así en 1819 llego José García, natural de Lima con residencia en Buenos Aires. Luego arribaría José Fernández Paredes, también originario de Lima con residencia en Santiago de Chile.
La estrategia militar de controlar el Perú desde Lima, a través de guerrillas y no de grandes batallas, demostró no ser la táctica más adecuada. La independencia se definiría tres años después de ser declarada en Huaura y desde la sierra, con la batalla de Junín y Ayacucho, bajo la dirección de Bolívar y Sucre.
Para el historiador británico Jhon Lynch, la independencia en el caso peruano fue un proceso incierto.
El Perú dio síntomas de ser una republica dubitante, debido a la conducta impredecible de sus cúpulas. La presencia de dos presidentes Riva Agüero y Torre Tagle. Al llegar Bolívar al Perú todavía resultaba incomprensible para historiadores peruanos y extranjeros.
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