(Construyendo juntos el conocimiento de la Historia)
Extracto de la monografía de
Alejandro Magno se hizo proclamar hijo de Amón y fundó la ciudad de Alejandría, que adquirió una importancia extraordinaria gracias al comercio Mediterráneo. Al morir el conquistador, sus generales repartieron el Imperio, correspondiendo Egipto a Ptolomeo, quien fundó la dinastía lágidas.
Extracto de la monografía de
Maria Antonella Otero Larnia
Cuarto de Secundaria
CAPÍTULO I
EGIPTO
1.1. El Imperio Antiguo
El Imperio Antiguo (3000 – 2000 a.C) fue un periodo en el que el poder residía en una sola persona, el faraón. Vemos que la clase gobernante (faraón, nobles, funcionarios y sacerdotes) acumuló riquezas provenientes de los impuestos de los súbditos; pero éstas riquezas no las invirtieron en mejorar la producción agrícola o la económica, sino que las utilizaron para construir tumbas y templos.
Menes fue el fundador de la primera de las diez dinastías, donde las dos primeras son llamadas tinitas y con Khasekhemui se inició la II dinastía y el periodo menfita, que duró hasta la X dinastía. Tjeser extendió su dominio hacia el sur y en su reinado se construyeron las pirámides escalonadas. Con los faraones de la IV dinastía Keops, Kefren y Micerino edificaron grandes pirámides para asegurarse la inmortalidad.
Llegó a su máximo esplendor con la V dinastía, la que fue iniciada por Userkaf, hijo del sacerdote Ra, quien alcanzó el apogeo de su culto, y sus sacerdotes fueron árbitros del gobierno, es decir sus seguidores.
A mediados del tercer milenio, subió al trono la VI dinastía donde se apreciaban los signos de decadencia; como por ejemplo el poder del faraón se debilitó, la nobleza y los jefes de los nomos tendían a disgregarse. Con la VII dinastía se abrió una época de subversión que duró 200 años. Finalmente, con los faraones de las últimas cuatro dinastías no existieron resultados y los príncipes Tebas terminaron este periodo de anarquía.
1.1.1. Egipto y Nubia
Nubia era el territorio que se extendía al sur de Egipto. Su historia y cultura estuvieron muy influidas por los egipcios desde principios del tercer milenio. Fue considerada como una tierra misteriosa, la cual poseía productos exóticos, oro y otras riquezas.
Durante el Imperio Antiguo se llevó a cabo una importante explotación de la Baja Nubia, como la organización de expediciones para conseguir productos como marfil y pieles de pantera; también se explotó la cantera de diorita y las minas de oro por lo cual crearon un centro de fundición de cobre y diversas factorías.
Tras la muerte de Ramsés III, el control egipcio se debilitó y la zona acabo independizándose. Después, Peye, monarca nubio, ocupó Tebas y aprovechó esto para obtener el control de todo el territorio egipcio, pero la dinastía se rindió con los ataques asirios.
Los nubios adoptaron mucho de la cultura egipcia. Por ejemplo, sus ganas de expansión y en el año 800 a.C, los reyes nubios consiguieron gobernar Egipto. El más famoso faraón nubio fue Ed Paanje, que llegó a controlar todo el Imperio y atacar a los asirios.
1.2. El Imperio Medio
Entre los años 2000 y 1800 a.C, la situación de Egipto comenzó a mejorar. La expansión territorial, la economía, la literatura y las artes fueron repotenciadas.
En el Bajo Egipto, se establecieron tribus asiáticas, procedentes de Palestina, que adoptaron todas las costumbres egipcias.
Egipto se recuperó gracias al gobierno de la XI dinastía, natural de Tebas. La dinastía XII marcó uno de los momentos de esplendor del país y contó con grandes faraones, como Amenemhat I, Sensuret I, Amenemhat II, Sensuret II, Sensuret III y Amenemhat III. Todos ellos realizaron victoriosas campañas.
El poder del faraón regresó y se protegía a los pequeños propietarios donde la burocracia estaba bien organizada. Estos faraones fueron grandes legisladores, y los nomos mantuvieron su ascendencia, es decir su origen.
La momificación dejó de ser un privilegio, permitiendo que el pueblo accediera a la inmortalidad. Con la dinastía XIII, Egipto se vió envuelto en un caos, y otra vez se separaron en norte y sur.
Durante la dinastía XIV entraron por el delta los hicsos, cuyo perfeccionado armamento les permitió imponerse rápidamente. El más poderoso de sus monarcas fue Khian, que ocupó el alto Egipto y mantuvo su poder cuando los tebanos iniciaron la reconquista.
1.2.1. Los pueblos de mar
Se le conoce así a una serie de poblaciones nómadas que causaron graves destrucciones en Oriente Próximo. Destacaron los lukka (piratas del Mediterráneo Oriental), los teresh (con posible relación etrusca) o los shekelesh (identificados con los sikels, que dieron nombre a Silicia), entre otros.
Algunos grupos realizaron su primer ataque sobre Egipto hacia 1218 a.C y otro ataque durante el reinado de Ramsés III. Los atacantes aparecen como guerreros a pie o carro, acompañados por sus madres e hijos; los invasores viajaban a bordo por sus naves con una proa y popa terminadas en forma de espolón, ataviadas con cascos con cuernos o tocados de plumas, escudos redondos, lanzas y falda corta.
1.3. Imperio Nuevo
El Imperio Nuevo (1800 – 1085 a.C) se caracterizó por el desarrollo de una marcada política imperialista respecto a Siria y Palestina, y por la intensificación en las relaciones del dominio político de culturas vecinas a través del Mediterráneo.
El príncipe tebano Amenofis logró la expulsión de los hicsos y fundo la dinastía XVIII, bajo la cual Egipto alcanzó su máximo poderío. Le sucedió Amenofis I. La prosperidad general posibilitó las grandes construcciones, y la momificación se generalizó.
Tutmés I inició la conquista de Siria, sometió a Fenicia, venció al rey de Mitanni y atravesó el Éufrates. Entonces, Egipto se convirtió en el país más importante de Oriente. Durante los dos reinados siguientes se vivió una época de paz.
Amenofis IV llevó a cabo la reforma religiosa que otorgaba a Atón como único Dios. En su honor cambió su nombre por el de Akhenatón, pero descuidó la defensa del Imperio y se perdieron el norte de Siria y la alianza que tenían con Mitanni. Su sucesor, Tutankamón, se vió obligado a reestablecer el culto tradicional porque los sacerdotes y el pueblo se oponían a la reforma anterior. El segundo monarca de la dinastía, Seti I, reanudó las expediciones a Siria y venció a los hititas.
Ramsés II, representó el último gran momento de Egipto, ya que reunió a un gran ejército para reconquistar Siria, empresa que se le enfrentó a los hititas. Le sucedió Merneptah, que tuvo que frenar las invasiones de los libios y de los pueblos de mar. A continuación se abrió un periodo de anarquía que terminó con la subida al trono de Setnekht, quien reestableció el orden e inauguró la XX dinastía. Su hijo, Ramsés III, logró rechazar a los pueblos de mar. Perdió Nubia y Palestina en un marco de crisis general interna que supuso el empobrecimiento del imperio.
1.3.1. El Egipto helenístico
Alejandro Magno se hizo proclamar hijo de Amón y fundó la ciudad de Alejandría, que adquirió una importancia extraordinaria gracias al comercio Mediterráneo. Al morir el conquistador, sus generales repartieron el Imperio, correspondiendo Egipto a Ptolomeo, quien fundó la dinastía lágidas.
Entre las características más resaltantes tenemos: el respeto griego por la cultura egipcia, que mantuvo sus sistemas de explotación económica y su magnificencia arquitectónica. La influencia griega solo se manifestó en su combinación con el arte y en la presencia de administradores y soldados griegos en sectores elitistas. Se creó el Museo, fundado en Alejandría, donde se desarrollaba la actividad intelectual. El país cayó en poder de Roma después de la batalla de Actium.
1.3.2. La época ptolemaica
Tras la muerte de Alejandro, Ptolomeo, uno de sus generales, fue nombrado sátrapa de Egipto, pero tras la fragmentación del Imperio macedónico se proclamó rey de Egipto y dió lugar a la dinastía que gobernaría el país hasta la conversión de éste en provincia romana con Octavio, poco después de la muerte de Marco Antonio y el suicidio de Cleopatra, quienes se habían aliado con Roma.
Durante este periodo, Egipto experimentó un cierto reconocimiento comercial y acabó empobrecido y sometido a una monarquía corrupta. La población egipcia se vió aislada ante el predominio de los intereses de la clase gobernante extranjera, a pesar de que los monarcas adoptaron el título de faraón y veneraron a los dioses egipcios tradicionales. Con la presencia romana, Egipto perdió su carácter de gran potencia de la antigüedad.
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