Un ceque era una línea imaginaria, parte de un conjunto de líneas que recorrían el Imperio Incaico y se unían en el centro del Cusco. No se han llegado a conocer en su totalidad pero se sabe que eran lugares sagrados en el Imperio.
En las crónicas de Bernabé Cobo se describe la existencia de 328 lugares sagrados existentes en el Cusco y sus alrededores, los mismos que incluyen piedras, manantiales o casas que, por una u otra razón tuvieron importancia en la historia o en la mitología incaica.
Estos sitios estaban divididos en grupos, cada uno de los cuales se concebía como dispuesto en una línea imaginaria llamada ceque. Es importante señalar que todas estas líneas convergían en el centro del Cuzco. Su cuidado y mantenimiento estaban a cargo de ciertos grupos sociales.
Se sabe que el Cusco estaba dividido en 4 barrios y que en cada uno de ellos existían 9 ceques divididos en tres grupos de líneas cada uno. Los ceques de cada grupo se llamaban genéricamente Colana, Payan y Cayao y sólo en pocos casos estos nombres eran cambiados por nombres específicos.
En las crónicas de Bernabé Cobo se describe la existencia de 328 lugares sagrados existentes en el Cusco y sus alrededores, los mismos que incluyen piedras, manantiales o casas que, por una u otra razón tuvieron importancia en la historia o en la mitología incaica.
Estos sitios estaban divididos en grupos, cada uno de los cuales se concebía como dispuesto en una línea imaginaria llamada ceque. Es importante señalar que todas estas líneas convergían en el centro del Cuzco. Su cuidado y mantenimiento estaban a cargo de ciertos grupos sociales.
Se sabe que el Cusco estaba dividido en 4 barrios y que en cada uno de ellos existían 9 ceques divididos en tres grupos de líneas cada uno. Los ceques de cada grupo se llamaban genéricamente Colana, Payan y Cayao y sólo en pocos casos estos nombres eran cambiados por nombres específicos.
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