Abascal
Para entender cómo logró Abascal mantener la fidelidad al Monarca durante todo el tiempo en que ejerció como virrey del Perú entre 1806 y 1816, hay que contar con dos elementos: de un lado, la relación entre la figura de virrey y la elite social peruana y , las reformas de política interior y exterior, de otro.
El Virrey supo ganar a los núcleos de poder del Virreinato a favor del orden establecido. Habrá que establecer quiénes fueron los componente sociales de ese estamento y cómo logró Abascal convencer a las elites del país para que apoyaran a la Monarquía, extrayendo las ganancias económicas suficientes para sostener a todo su gobierno en tiempo de guerra, contrarrestando de este modo toda acción rebelde. Los miembros de otras entidades pertenecientes al estamento dominante peruano ¿hasta qué punto estaban dispuestos a defender el cargo en beneficio o perjuicio de las causas realista o independentista? O ¿quiénes saldrán ganando y quiénes perdiendo a lo largo de este conflicto? Dilucidaremos de entre este panorama a poderosos adinerados –aristócratas o no-, viejas familias influyentes, importantes intelectuales, futuros políticos, brillantes oradores, victoriosos militares, etc., que sufrieron distinta suerte a lo largo de todos estos años. Esta elite estaba compuesta principalmente por la aristocracia, los mercaderes, los terratenientes y los eclesiásticos, desempeñando entre todos ellos funciones profesionales y roles sociales a veces mezclados entre sí, ostentando a su vez prerrogativas de diversa índole, creando esferas de influencia y, en definitiva, participando desde su papel en una sociedad aparentemente tranquila que, sin embargo, se encontraba a punto de entrar en una crisis histórica que daría la vuelta por completo a la cosmovisión detentada hasta entonces por toda ella.
Las iniciativas de Abascal estuvieron marcadas por la previsión, sin dejarse sorprender por los acontecimientos que más tarde acaecieron. Todo para él tenía una clara finalidad política. El propio virrey escribió de su propio puño y letra una serie de reflexiones que le animaron a llevar a buen puerto las necesidades que en persona observó durante el periplo que recorrió por el continente para la toma del mando “Desde el momento en que supe que por la bondad del Rey, que Dios guarde, estaba promovido a este Virreynato del Perú ha ocupado mi corazón un deseo constante y sincero de hacer todo el bien que estuviese en mis manos, a sus recomendables moradores”. Los campos ´principales de su acción ilustrada de gobierno dueron de orden interno y externo.
Respecto de primero, destacan las políticas de carácter sanitario y cultural. El Virrey se afanó en la propagación de la vacuna antivariólica traída desde España como experiencia pionera en los virreinatos americanos, sin olvidar el traslado del cementerio capitalino a las afueras de la ciudad y la creación de una escuela de Medicina y un jardín botánico de los que tanto adolecía el país. En el campo del saber, remodeló y amplió los colegios destinados a las elites peninsular, criolla y andina, además de un centro para juristas.
En relación con el segundo, fueron claramente de índole castrense. Resalta el despliegue bélico a favor de la capital del Río de la Plata en la guerra contra Inglaterra y la preparación general para eventos mayores, como fueron la puesta en marcha de la antigua fábrica de pólvora, la renovación de la Artillería, la mejora de las defensas estratégicas de la capital virreinal y, finalmente, la reorganización de los efectivos encuadrados en distintas unidades que fueron repartidos por todo el Perú y más allá de sus contemporáneas fronteras.
Extraído de: VARGAS EZQUERRA, Juan Ignacio. El gobierno peruano del Virrey Abascal: Categorías de poder y gestión política (1806-1816). Tesis Doctoral. Universidad de Zaragoza.
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