Misterios y enigmas de los Aztecas

Resumen elaborado en base al documental de la Cadena Mundo

Los Aztecas
Los Hijos del Sol
Ellos dicen que nacieron de las cuevas. Se extendieron desde el norte de México hasta el actual Guatemala. Dominaron a 10 millones de personas. Entre 1300 y 1500 tuvieron la cima de su poder en la ciudad más grande del mundo.
Fueron brillantes en las artes y temibles en la batalla, devotos a su religión en el sacrificio humano. Hasta ahora su origen exacto está perdido en el tiempo.
Si el grupo estaña en el Valle de México o venían del norte. Es una pregunta que subsiste hasta hoy. A pesar de la controversia, sus leyendas relatan que vinieron de un lugar sobrenatural llamado las 7 cuevas. De allí viajaron hacia Aztlán una ciudad de una isla en el centro de un lago. De allí tomaron el nombre de aztecas. Desde Aztlán en el 1116 comenzó una odisea épica de 200 años.
¿Qué los motivó e pensar que eran los elegidos de la tierra prometida? De acuerdo a las leyendas aztecas el mandato era otorgado por la divinidad de la tribu Huitzilopochtli.
Al ser derrotados por una tribu vecina tuvieron que huir. Los oráculos ordenaron la búsqueda de un águila posada en un cactus, eso acabaría con la búsqueda de su tierra. Hallaron un águila posada en un cactus en Tenochtitlán. Después de 200 años su viaje había terminado.
La ciudad imposible.
¿Cómo pudo albergar a 250000 personas? Usaron el método de clavar estacas en la base del lago. Vertieron lodo y rocas, creando literalmente más tierra. Extendieron su zona en más de 1,100 hectáreas. Cuando los españoles vieron la ciudad en 1519 quedaron asombrados. Era la ciudad más imponente de todas las que habían visto en Europa. Para 1525 tenía el doble de la población de Londres o Roma.
La creación de Tenochtitlán requería de miles de artesanos. La manera en que lo hicieron es un misterio. No usaron la rueda para fines de construcción, a pesar de que la conocían y la usaban para juegos. Es una incógnita cómo construyeron a escalas tan monumentales. La ciudad, al igual que Venecia estaba surcada por cientos de canales. Tal vez usaron canoas para construirla. Los españoles estaban abismados por la sorprendente modernidad de la ciudad. Estaban limpias, se asombraron de reciclaje de todo. Todo estaba cuidadosamente pintado. Para determinar establecieron calendarios de agricultura. Conocieron más de cien medicamentos herbales para curar enfermedades. Era sorprendente su genio creativo. Desarrollaron una habilidad extraordinaria de expresión.
Relacionaron los sacrificios humanos con el drama, la poesía, la música. Los guerreros de batalla crearon muchos de los mejores poemas.
Produjeron una gran cantidad de esculturas, fascinantes y monstruosas. Los historiadores se han sorprendido de que los aztecas sólo usaran herramientas de piedra para tallar las escultura.
Se hallaban envueltos en un excesivo culto a la muerte. Hasta el Gran Templo tenía un oscur propósito, pues aquí en el recinto de Toalac y Huitzilopochtli había recipientes para los sacrificios y los corazones.
Para el 1500 dominaban los estados civiles a su alrededor y dominaban a más de 10 millones de personas. La capital no podía sostenerse económicamente y requería de los tributos de los templos conquistados.
La únia posibilidad para los aztecas, de dejar las faenas agrícolas era entrar al ejército, creían que debían sacrificarlos con vida para ofrecerlos a los dioses. No hay sadismo como usualmente definimos. Era una obligación religiosa y así lo entendían. Para los aztecas, morir sacrificado era más importante que morir en batalla; de hecho, las víctimas del sacrificio iban voluntariamente. Los poemas y las canciones los animaban a hacerlo.
Los sacerdotes perseguían las ofrendas. Los No era un acto de violencia del sacerdote, sino que buscaba demostrar su humildad. En la ceremonia le extraían el corazón al prisionero, dejaban que la sangre cayera sobre sus cabezas. Luego se mostraban con esa masa sanguinolenta sobre la cabeza ante el pueblo. Ese aspectos simbolizaba la batalla del hombre contra la vanidad.
Los sacerdotes de ambos sexos presidían esas sangrientas ofrendas. Pintaban su cuerpo de negro antes de la ceremonia.
El sacrificio tomó muchas formas, tal vez lo más sangriento fue despellejar al ser humano y luego usar su pie. Hay ídolos del dios Xipe mostrando el uso de la piel humana. E propósito de este ritual sorprende a los investigadores. Parece que el ritual tenía algo que ver con la fertilidad. Incluso la práctica de la antropofagia tenía que ver con los sacrificios humanos. La víctima era transformada en la cabeza del dios y tragar pequeños trozos de su carne, les transfería sus propiedades secretas. Cuando los sacerdotes católicos observaron esto, se horrorizaron; sin embargo los aztecas lo consideraban esencial para la supervivencia de su mundo.
Una ceremonia era la más importante, el sacerdote esperaba la noche y a media noche un sacerdote mataría al capturado y le sacaría el corazón; luego, intentaría prender una llama en la cavidad torácica. Si el fuego se iniciaba significaba que habría una renovación de 52 años en el período de vida de los aztecas; si no lo lograba significaba que el universo terminaría; las estrellas bajarían a la tierra y se comerían a los hombres. Los aztecas justificaban así la estabilidad del cosmos. Lamentablemente su propia creencia en lo sobrenatural los llevaría a la destrucción.
Mundos en colisión
Ellos pensaban que nadie podía conquistar Tenochtitlán, ni sacudir las bases del cielo. Para el año 1519 Tenochtitlán alcanzó la cima de su poder. Aquí, el rey Moctezumac gobernó con gran esplendor. Él vivía como un dios, porque tanto él como sus seguidores creían que lo era. Nadie podía darle la espalda o verle a los ojos. A pesar de su grandeza, el Imperio Azteca estaba a un paso de la desruccion. Para el 1519 una vieja profecía que hablaba de Quetzacoatl quien había dejado México en una balsa de serpientes. Tenía piel blanca y usaba una barba. Antes de marcharse prometió volver algún día a retomar su trono. E ao, según la predicción, venía de una lectura el calendario azteca. Esa fecha en el calendario cristiano era 1519. Ese año, Moctezumac fue informado de extrañas montañas moviéndose en el mar. Era la armada de Cortés, que estaba llegando. ¿Fue una coincidencia histórica? ¿o realmente prediejronsu destrucción? Tan pronto desembarcó. Moctezumac envi+o regalos valiosos, pero ese oro que envió como regalo, seria su destrucción. El embajador de Moctezumac preguntó por qué estaban interesados por el oro y ellos respondieron que sufrían de una enfermedad que sólo podía ser curada por el oro.
Cortés colocó su confianza en una mujer llamada Malinche, hablaba el idioma azteca y se convirtió en su intérprete. Sin ella no habría triunfado. Ahora se usa ese nombre como sinónimo de traidora. Con su ayuda Cortes inició la invasión dentro del reino. Al comienzo Moctezumac enfrentó a los españoles, pero sus armas no podían competir. Algunos historiadores indican que la verdadera arma secreta de los aztecas era el caballo, ya que los aztecas nunca lo habían visto. Aunque no lo vieran como un centauro, les asustó su fuerza.
Los españoles estaban sorprendidos con los cultos barbáricos de los aztecas; y ellos, a su vez, estaban sorprendidos de la brutalidad de los ataques españoles.
Para los aztecas el cuerpo era algo sagrado y no entendían que alguien lo destruyera sin razón aparente, como lo hacían los españoles.
¿Cómo pudo vencerlos con poco y ejército y cañones? Las tribus enemigas de los aztecas vieron a Cortés como un salvador, se dirigieron en grupos sobre Tenochtitlán. Los indígenas se resintieron porque Moctezumac lo recibió como si fuera Quetzacoatl. Asumió que había venido su dios como habían predicho los escritos antiguos. Moctezumac invitó a Cortés al centro de la ciudad, los cubrió con oro y plata; pero Cortés devolvió la hospitalidad con traición. Sus hombres encadenaron a Moctzumac.
El Legado Perdido
En noviembre de 1519 Moctezumac fue encadenado en su propio palacio por Cortés y sus hombres. Hambrientos de oro, saquearon las riquezas reales. Atiguos utensilios fueron derretidos y transformados en barras de oro. Para los aztecas eso no tenía sentido. Los aztecas veían que se arrojaban sobre el oro como si fueran monos; querían saciarse con él.
Parte de la misión de los españoles era la evangelización; se propusieron destruir sus ídolos. Cortés ordenó destruir los ídolos del Templo Mayor, y del Templo de la Luna. Hasta a fecha los expertos se preguntan si el tesoro que los aztecas quisieron esconder para protegerlo pudiera estar escondido en algún lugar del valle de México.
Los aztecas se rebelaron y rodearon el palacio. Cortés llevó a Moctezumac a la parte alta para calmar los ánimos, pero la gente le gritó que era un traidor. Una versión dice que una piedra cayó sobre la cabeza de Moctezumac y agonizó por días: otra versión dice que cuando dejo de ser útil para Cortés; este le clavó una daga por la espalda y lo mató. Después de la muerte de Moctezumac, los aztecas atacaron a los españoles en venganza. Cortés se retiró de la ciudad luchando, pero perdió la mitad de sus hombres. Muchos españoles se ahogaron en los canales junto al oro que robaron. En la derrota más sangrienta de su campaña, los españoles dejaron tras sí algo más letal que sus espadas: la viruela. Una plaga con la que muchos murieron.
En la siguiente década el 80% de la población de México murió por el contagio de la viruela. Los españoles regresaron a Tenochtitlán, hicieron pedazos la ciudad; al extremo que se perdió de vista pos siglos el lugar de su emplazamiento.
Todavía no se ha hallado todos los restos. En setiembre de 1978 excavando bajo al calle se halló a la diosa de la Luna Collollosauqui, así se encontró el más sagrado de todos los templos.
Los aztecas tenían grandes principios morales, eran prudentes, discretos y modestos; aunque practicaban sacrificios humanos, sus guerreros eran valientes, prudentes y éticos.
Hoy la civilización aún sobrevive. Anualmente, descendientes de los aztecas van a la ciudad, desde los valles de México a realizar ritos que recuerdan su pasado ancestral.