Al plantearse el problema de cómo se unificarían los distintos estados alemanes, que eran treinta y ocho, dos de ellos, Prusia y Austria se disputaron la hegemonía.
Austria, en poder de los Habsburgos, era un país con escaso desarrollo industrial, conservadora, proteccionista y empobrecida por los gastos militares, compuesta por pueblos de distintas culturas, con lenguas y religiones diversas, como los croatas, serbios, húngaros y eslavos, que pugnaban por formar estados soberanos.
Ya había fracasado un proyecto unificador, en 1815, cuando se había establecido la Confederación Germana, donde, junto a Austria y Prusia, se habían reunido otros pueblos. Ese mismo año, para luchar contra el liberalismo que amenazaba sus monarquías, Austria y Prusia, firmaron junto a Rusia, la Santa Alianza, por la cual se unían bajo el denominador común de la cristiandad. Al sumarse Inglaterra se conformó la Cuádruple Alianza, que se transformaría en Quíntuple Alianza al unirse Francia. En 1834, se creó el Zollverein, sin la participación austríaca, que consistía en un mercado económico único, eliminándose entre los estados miembros las barreras aduaneras.
En 1849, se formó una asamblea o Dieta, que duró poco tiempo, con representación de todos los príncipes alemanes, para discutir la unificación.
Prusia estaba gobernada por la dinastía Hohenzollern, y era un país industrial y pujante, con población más homogénea que la austríaca. Con la Revolución Industrial, había cobrado relevancia una nueva clase social, la burguesía, que so oponía a la política absolutista del rey Federico Guillermo IV, que gobernó desde 1840 hasta 1861.
En 1861 el poder real recayó en Guillermo I, de ideas seudo-liberales, que estableció el servicio militar obligatorio por el lapso de tres años, con el fin de armar un ejército poderoso. Su canciller, el príncipe Otto von Bismarck, se destacó por su política agresiva, que primero se dirigió hacia Dinamarca, en 1863, donde unida a Austria obligó a Dinamarca a devolver los ducados de Schleswig y Holstein. Pero luego el dominio de esos territorios también fue objeto de disputas, y Prusia se dirigió contra Austria, usando “la sangre y el hierro”, a quien venció en 1866, armando a sus hombres con fusiles de repetición, y consagrándose Prusia, como el país eje, de la unificación alemana.
La disputa con Francia, gobernada por Carlos Luis Napoleón Bonaparte, que incluía entre otros, los territorios de Alsacia y Lorena, fue saldada, cuando Bismarck lo venció, dominando esas zonas.
En 1867, se formó la Confederación de Alemania del Norte, y el 18 de enero de 1871, se logró la formación del Imperio Alemán, conocido como Reich, gobernado por el kaiser, que no incluyó a Austria.
El poder de Bismarck se mantendría hasta la llegada al poder de Guillermo II, quien debió renunciar el 9 de noviembre de 1918, luego de una revolución protagonizada por los marinos en Kiel.
El 11 de agosto de 1919, se formó la República de Weimar, de carácter democrática.
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