(Construyendo juntos el conocimiento de la Historia)
Extracto de la monografía de Gianella Honorio
Extracto de la monografía de Gianella Honorio
Tercero de Secundaria
CAPÍTULO I
BIOGRAFIA
Llamado El Rey Sol, rey de Francia (1643-1715).Primogénito de Luis XIII y Ana de Austria, quien influyó mucho en su carácter y fue, al parecer, la responsable de su mediocre instrucción. Subió al trono cuando tenía cinco años y durante su infancia reino bajo la tutela de su madre y el gobierno de Mazarino. Cuando el murió, en 1661, asumió por completo las funciones que su padre le había dejado. (Anexo 1)
Un año antes, en 1660 contralló matrimonio con la infanta española Maria Teresa, lo cual no le impidió tener amantes, entre ellas La Valliere Montespan y Madame de Mainteman, con quien tras enviudar, se casó en secreto en 1680.
Tuvo un largo reinado efectivo de más de media centuria (1661-1715), después de una prolongada bajo la regencia de su madre, la española Ana de Austria. Su gobierno de estado se vio afectado por la protesta popular sobre la oposición de los Parlamentos, tratando de oponer a ella una doctrina constitucional de la monarquía que ponía limites al absolutismo real en beneficio de los estamentos privilegiados del reino.
Instalado primero en Saint-Germain y más tarde en el imponente marco del palacio de Versalles, se rodeo de dóciles cortesanos, redujo a la nobleza, restó poder al parlamento y el clero y centralizó la Administración pública mediante un complejo aparato burocrático.
Su sueño de crear un bloque francoespañol bajo el dominio borbónico que terminaría con el poder de los Habsburgo, principales rivales de Francia en Europa, desembocó en la guerra de Sucesión española (1700-1714) con motivo de la instauración de Felipe V, nieto de Luis XIV, en el trono español.
Frente a sus aspiraciones se formo la Gran Alianza, integrada por Gran Bretaña, los países Bajos y el Imperio Austriaco, que apoyaban las pretensiones del candidato Carlos de Austria al trono español.(Anexo 2)
Este monarca es el máximo exponente del poder absolutista en Francia, y aun en todo el mundo.
La política del monarca se basó en la constitución del absolutismo, identificando a la monarquía con el estado. En el exterior, su máxima preocupación de mantener el prestigio de Francia, por lo cual entro en guerra de Devolución (1667-1668), sobre la base de de los derechos que le correspondían a su esposa sobre Flandes, obteniendo Lille y en la guerra de los Países Bajos (1672-1679) que afianzó la hegemonía francesa en Europa.
El rey controló la producción agraria y manufacturera y el comercio exterior y aplico una dura política imponente. Todas las fuentes de recursos fueron orientadas hacia la hacienda pública.
El enorme despliegue militar realizado ocasionó unos gastos exorbitantes que, sumados a los derivados de la corte, fueron una de las causas que llevaron a una aguda crisis económica.
El conflicto se resolvió con la aceptación de Felipe V por las demás potencias en los tratados de Utrecht (1713) y Restadt (1714), aunque buena parte de los territorios españoles en Europa pasaron en compensación a su oponente, convertido en el emperador Carlos VI.
Nadie dudaba que antes de muchos días se cansara de la carga y volvería a sus costumbres pasatiempos, dejando los trabajos y la responsabilidad otra vez a un ministro principal.
La ofensiva sistemática contra el poder político de la nobleza, la humillación de los parlamentos, privándolos de la función política de deliberar sobre los edictos del rey, el gusto, en fin, por el poder personal y el respeto de cuantos le rodeaban, hicieron en él como reacción contra la debilidad de la realeza en los días de su minoridad.
El final de su reinado estuvo por los primeros síntomas de decadencia del régimen y de la corte, el declive de la hegemonía francesa en el continente, el fracaso de su política colonial y el inquietante malestar social surgido de las hambrunas que padecía el pueblo bajo.
En los tratados se preveía la unificación de los reinos de España y Francia bajo la misma corona. Las ambiciones hegemónicas de Luis lo llevaron también a defender la autonomía de la Iglesia francesa frente al vaticano y a firmar su autoridad en el terreno religioso.
Tenía diez años cuando comenzó la guerra civil y quince cuando termino, en su mente quedó un recuerdo negro que determinaría su futuro autoritarismo. El abandono del indócil Paris por su corte reverencial y Versalles, el gran palacio y parque.
CAPÍTULO ll
EL REY SOL
1.- La juventud del monarca
Luis XIV contaba cuatro años a la muerte de su padre; se educo bajo la dirección de Mazarino jamás príncipe alguno tuvo profesor tan competente en el arte de la diplomacia.
Mazarino fue la única persona a quien Luis XIV obedeció en el transcurso de toda su existencia; para el niño, el cardenal era ante todo el hombre que tenia salvado el país y a la corona francesa de los peligros de la fronda. (Anexo 3)
Las angustias sufridas por el muchacho durante los cinco años que duro la fronda habían dejado huellas imborrables y fue esta experiencia la que dicto los principios políticos del futuro autócrata: no permitir a nadie en el reino que llegara a desempeñar funciones tan altas que pudiera representar un peligro para la seguridad del estado. Tal norma de conducta se hallaba por otra parte de acuerdo con Luis. Como su padre, el joven rey tuvo conciencia de su propio valor.
Luis XIV no poseía dotes geniales, pero sacaba ventaja de su extraordinaria energía y de su actitud de natural impresionante. Había heredado también de su padre mucho interés por cuanto se relacionara con lo militar.
Los soldaditos de plomo eran su juguete preferido, y apenas mayor de edad, salió de campaña con Turena y parece que soportó fácilmente las fatigas y privaciones de la vida de los campamentos; pero no dejó de participar en las expediciones de sus ejércitos.
A la muerte de Mazarino en 1661, Luis XIV, que ya desde hacía algunos años soportaba con impaciencia la tutela política del cardenal italiano, empuñó las riendas del gobierno. Ante la asamblea del clero de Francia, declaró que en lo sucesivo seria él su primer ministro.
Luis XIV no tenía una gran cultura, pero contaba con un gran sentido práctico y capacidad para el trabajo, el juego y el amor fuera de toda duda.
Contaba con una salud de hierro que le hizo sobrevivir de dos generaciones diferentes de herederos, y finalmente le dio el trono a su bisnieto. Realmente preocupado por su imagen, Luis XIV puso de moda algunas de sus costumbres al vestir: enormes pelucas de pelo natural, mangas adornadas de ricos encajes y los zapatos de tacón.
2.-El soberano
“Para Luis XIV, en que sus cortesanos llamaron:”El Rey Sol”, la grandeza de Francia se identificaba con la de su soberano.”Cuando se trabaja para el estado, en el fondo se trabaja para sí mismo” dijo un día a su hijo.” Planeta de Agostini. Historia Universal, Absolutismo e Ilustración (I).Madrid, España.200.45-46
Pensaba que en su persona tenía que resumirse todo el poder del estado y esta concepción la sintetizó en una frase célebre:” El estado soy yo”.
“Quien pretende ser sol en medio de las estrellas y represente de Dios en la tierra debe sobresalir en el arte de infundir respeto a los demás.”Gimberl, Carl. Historia Universal Daimon. Tomo 8.Ediciones Daimon. Madrid, España.1968.26.
Luis XIV sobresalía en este género artístico tan singular. A pesar de su baja estatura, nadie mejor que él producía tal impresión de grandeza.
En las provincias sustituyó a los gobernadores nobles por “intendentes” burgueses, el particularismo feudal abandonó así la palestra al centralismo burocrático.
Los funcionarios reales constituyeron verdaderas dinastías de agentes fieles al absolutismo, que llegaron a ser ricos y poderosos, aunque eran despreciados por los nobles de antigua estirpe; a menudo el soberano les confirió títulos nobiliarios. Así se inicio “el prolongado reino de la burguesía” según frase del duque de Saint-Simon (1675-1755), autor de unas celebres Mémoires.
Este monarca francés asumió personalmente el poder y se convirtió en el ejemplo más significativo del absolutismo monárquico, durante su reinado en el que el país vivió un gran desarrollo cultural. Luis XIV hizo de Francia la potencia militar más poderosa de Europa.
El Rey Sol asumió el poder, bajo la doctrina del derecho divino, sin nombrar a un primer ministro, encarnado el absolutismo.
En 1685, convencido de lo acertado del principio “una fe, un rey, una ley” pudo anular el edicto sin miedo o graves consecuencias y alborotos. Pero la emigración de los protestantes incluía a muchos artesanos y mercaderes, y a pesar de que su mancha fue un poco compensada por la llegada de refugiados católicos irlandeses, tuvo consecuencias económicas bastante adversas.
Entre otras ocupaciones, Luis XIV debía conceder audiencias a los embajadores y a los súbditos que tenían alguna suplica que dirigirle.
Luis XIV alejó del gobierno a todos los miembros de su familia y a aquellos nobles que hubieran podido oponérsele, rodeándose de consejeros, ministros y funcionarios de extracción burguesa, que él controlaba directamente.
“Una etiqueta minuciosa regulaba cada detalle de aquella existencia refinada. Por la mañana, despertaba al rey una ayuda de camera; inmediatamente después entraban en su estancia los infantes reales, el mariscal de la corte, los ayudas de camera de servicio, los cortesanos y el médico personal del rey. Una vez acacilado el rey, la corte recitaba la oración de la mañana y acto seguido el soberano se dictaba a sus regias ocupaciones.”Gimberl.Carl.Historia Universal Daimon. Tomo 8.Ediciones Daimon, Madrid, España.1968.24-25.
Únicamente podían sentarse el rey y la reina en la mesa, Monsieur, Felipe Orleáns, hermano de Luis, debía permanecer de pie al principio de la comida y debía esperar que el rey le pida que coma junto a él.
Luis XIV almorzaba ligeramente y pasaba a su gabinete para trabajar con los ministros y otros funcionarios. Los ministros acudían uno tras otro, ya que jamás debían encontrarse todos juntos en el consejo, además cuando el rey tomaba una decisión no toleraba ninguna crítica.
3.-El Rey y los cortesanos
La misión de los cortesanos era servir al rey a cada hora del día y cuya única recompensa consistía en una inclinación de cabeza o cualquier otra señal amable que se dignara a conceder el todopoderoso monarca.
Al mediodía y durante la tarde, la corte se divertía con representaciones teatrales, bailables y mascaradas, entre el rumor de las fuentes y de los fuegos artificiales y bajo las luminarias del parque, aunque el rey trabajara hasta muy tarde.
El soberano cenaba habitualmente a las diez y luego pasaba una hora en familia antes de irse a la cama, acontecimiento rodeado de un ceremonial como su despertar.
A las miradas de cuantos le rodean, un autócrata debe elevarse por encima de las debilidades humanas. El Rey Sol poseía en el más alto grado de arte de dominarse, excepto en lo tocante a su más querida creación, la etiqueta palatina, ya que transgredir esta ley, incluso en ínfima medida, constituía una falta imperdonable, y una vez herido en su orgullo Luis podía ser peligrosísimo.
Con todo, incluso en tales circunstancias y en momentos de extremada cólera el monarca hablaba pausadamente y se contentaba con una palabra irritada o con un gesto nervioso.
4.-Versalles
Durante su reinado, Jules Hardovin Mansart y Louis Le Vau diseñaron el palacio de Versalles donde había un pabellón de caza de su abuelo. Con una fachada de 503 metros, el edificio destaca por sus salones y está rodeado por unos jardines de André Le Notre, que eran regados con agua canalizada. (Anexo 4)
“La corte de Versalles atraía todo cuando Francia contaba de grandes señores y damas de calidad, como mariposas fascinadas por la luz, girando en torno a aquella sociedad exclusivista; aquel círculo insignificante sobre el área de la tierra, Versalles, era Francia entera para quienes tenían el honor de vivir allí. Aquél edén albergaba también miserables intrigas y sordidez humana.”Gimberl.Carl.Historia Universal Daimon, Tomo8.Ediciones Daimon. España, Madrid.1968.25-.26
El mobiliario era enchapado en taracea, extremadamente dorado, y decorado con conchas, sáticos, guirnaldas y héroes mitológicos y delfines.
En arquitectura, Jean-Baptiste Colbert controló estrictamente las obras del palacio de Versalles, cuyos jardines fueron diseñados por el paisajista André Le Notre.
El estilo de las artes decorativas en Francia se produjeron durante el reinado de Luis XIV, en 1648, Charles Le Brun fundó la Real Academia de escritura y pintura, que dictaba rígidamente los estilos para el resto del reino.
El artista más famoso fue Nicolás Poussin, quien alcanzó un nuevo apogeo con las obras de François Girardon y Pierre Puget.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Mensaje