El lenguaje articulado y la conciencia del yo
Cabe suponer, auqneu los datos supervivientes sean por fuerza escasos, que el hombre primitivo tiene que haber debido su dominación de mundo animal a cualidades mucho menos tangibles que su tecnología o su modo de subsistencia. En particular, probablemente debió mucho a su capacidad para comprender su medio ambiente, acumular su experiencia y transmitirá y asegurar el funcionamiento adecuado de las sociedades artificialmente definidas en las que vivía. Una de las formas principales en que se clasificaba su entorno, mancomunaba y transmitía sus experiencias y elaboraba formas tradicionales de comportamiento fue, naturalmente, el lenguaje articulado.
Los estudiosos de los grandes monos están de acuerdo en que uno de los principales problemas de éstos es la falta de lenguaje, que basta ór sí sola para impedr que adquieran los elementos de la cultura. Es cuerto que los chimpancpes tienen un “registro de expresión de amociones” más amplio que la mayor parte de los humanos, y que no sólo se pueden comunicar unos a otros sus estados de ánimo, sino también definir deseos y necesidades; sin embargo, como ha ddestacado Köhler, “su gama fonética es totalmente “subjetiva” y sólos e puede expresar emociones, jamás designar o describir objetos”. A este respecto, resulta interesante que en su famosa empresa de entrenar a la chimpacé Viki desde los tres días de edad hasta los tres años, el doctor y la señora Hayes advirtieron que era posible entrenarla para que obedeciese a determinadas órdenes, pero al cabo de dieciocho meses de enseñanza intensiva no lograron que “identificara su propia nariz, sus ojos, manos y pies” Hasta que los homínidos elaboraron palabras como símbolos, apenas si existía la posibilidad de transmitir la cultura y, por lo tanto, de acumularla. Además, como ha observado Thorpe, la capacidad prelingüística de anumeración del hombre es sólo de la misma magnitud que la de los pájaros i las ardillas: las matemáticas serias, con todos los inmensos progresos en cuanto a control del medio ambiente que comportan, no fueron posibles hasta que se fueron desarrollando los símbolos. El lenguaje, que entraña la utilización de símbolos, debe haber sido una de las primeras indicaciones de la humanidad. Si único defecto como criterio para el prehistoriador es que no hay la más mínima esperanza de que se pueda verificar su existencia directamente respecto de las eras humanas más remotas. Pese a sugerencias en sentido contrario, los criterios paleontológicos más sólidos se opnen a la idea de que se pueda inferir el estudio de los moldes hechos de los interiores de cráneos. Probablemente, la mejor pista sea la aparición de útiles de tipo uniforme y reconocible, pues resulta difícil creer que pestos se hayan popularizado y transmitido sin la utilización de símbolos verbales.
Los datos palpables de un comienzo de la conciencia aparecen porprimera vez en una fase relativamente tardía de la prehistria. Hasta el Pleistoceno superior no tenemos la primera prueba del enterramiento sistemático de muestos por el hombre del Paleolítico medio. Y hasta el final, en una época de rápida innovación técnica, no encontramos pruebas de uso de adornos personales ni de la práctica del arte, en ambos casos en el contexto del Homo Sapiens sapiens.
Fabricación de útiles
Los primatólogos acpetan que no sólo los homínidos, sino también los gibones, los monos y los grandes monos tienene capacidad para desarrollar un cierto nivel de actividad instrumental. Esta se ha observado entre animales cautivos, y lo que es más convicente, en estado silvestre.
Existe una distinción vital entre utilizar objetos como instrumentos y darles una forma para que resulten más eficaces. El probelam de definir qué son artefactos es difícil. Conforme a la hipótesis evolucionista, no debe preverse ninguan divisoria clara entre los objetos utilizados y lso configurados por medios antificiales. La distinciapióne s por fuerza arbitraria.
Cuando nos preguntamos qué grado de modificación autoriza a calificar a algo de artefacto, una respuesta podría ser que zona rtefactos los materiales qe reciben formas uniformadas en virtud del hecho de que se comparten tradiciones culturales. El mero hechod e que un objeto haya recibido una forma no hasta por sí mismo para clasificarlo como artefacto, pues hay fuerzas naturales que pueden en determinadas condiciones fracturar sílex, o piedra, o incluso hueso, y a veces las formas consiguientes pueden parecerse mucho a instrumentos que se sabe están hechos por el hombre. Esto no srve sino para poner de relieve la importancia del contexto. Cuando se hallan objetos en condiciones en que cabe excluir a las fuerzas naturales y ebn yacimientos en que hay pruebas de la existencia del hombre, por sus propios restos o por otras circunstancias, es cuando únicamente es posible obtener algo parecido a la certidumbre en cuando a juzgar las priemras tentativas de artesanía.
Debido a su larga duración y a su aparición tan generalizada, es inevitable que los artefactos de sílex y depiedra sean los que más atención atraigan. Sin embargo, es probable que hubiera palos y huesos de animal fácilmente disponibles que posiblemente sean los primeros objetos utilizados como instrumetnos.
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