Hacer Historia: Desastre de Yungay o "Francia, sus pruebas atómicas y su relación con el terremoto del 70 en el Perú"

Foto de una de las pruebas nucleares realizadas por Francia en el Atolón de Mururoa.

El científico Oscar Miró Quesada de la Guerra (Racso). Fue el iniciador del periodismo científico y escribió mucho acerca del uso de la energía nuclear y las consecuencias que ello podría traer. Especialmente en una nota del 1 de Julio de 1970, en nuestra página Editorial, bajo el título "Bomba Atómica Francesa y Terremotos en el Perú: ¿Casualidad o Causalidad? Donde sustenta la relación existente entre las pruebas nucleares realizadas por Francia en el Atolón de Mururoa y el terremoto de Yungay.

Él manifestó:

"El espantoso terremoto que asoló parte del norte del Perú, sembrando la ruina y la muerte en los departamentos afectados y sumiendo en el dolor y la congoja a todo el país, se produjo el 31 de mayo a las pocas horas de haber estallado una bomba atómica lanzada por Francia en los arrecifes de Mururoa, en la Polinesia. Ante la coincidencia, la mayoría de los peruanos creen que el estallido ha sido la causa del terremoto, mientras que otras gentes creen que no. La divergencia de opiniones se lleva a cabo en la esfera en que actúan la "casualidad" y la "causalidad". La "casualidad" es una manifestación del azar; una eventualidad, algo que ocurre al "acaso", "de chiripa". La "causalidad", en cambio, es un enlace de producción entre dos acontecimientos en el que uno es causa del otro"

Fue el peor terremoto de la Historia del Perú, acaecido a las 3:23 minutos de la tarde con epicentro a 30 km de la costa del Perú en Sudamérica. Ese terremoto alcanzó los 7,9 grados en la escala de Richter y duró sólo 45 segundos; sin embargo, fue suficiente para causar uno de los más grandes terremotos en el Perú.

La onda expansiva se propaló hasta la orilla y asoló 570 km de costa, desde Trujillo hasta Lima. La zona más afectada fue Chimbote, en Ancash, casi 3/4 partes de la ciudad quedaron en escombros y murieron 3 mil personas. La onda expansiva se magnificó cuando tocó tierra firme.

Del Huascarán se vino abajo la parte norte. Una gran masa de hielo y rocas 3 millones de toneladas de hielo cayeron 3000 mts. en vertical antes de chocar contra las laderas. Entonces una avalancha de grandes dimensiones cayó arrastrando piedras de varias toneladas. La avalancha medía 1.5 km. Fue la avalancha más grande registrada en América Latina.

Yungay y Ranrairca fueron alcanzadas por la avalancha en 6 minutos. En Yungay murieron más de 20 mil personas arrastradas por la avalancha. Sólo se salvaron los que estaban en partes altas. En Ranrairca también hubo miles de muertos.

Los helicópteros tuvieron dificultad en llegar a la zona afectada porque la zona fue cubierta por una nube de polvo que demoró en disiparse varios días. Los únicos que llegaron días después fueron integrantes de un grupo de paracaidistas.

Con el paso de las semanas se fijó el número de muertos en 70 mil.

Otras de las causas de tanta mortandad fueron:

- Mala construcción de las viviendas

- Ubicación del Perú en el Cinturón de Fuego del Pacífico.

Manifiesto de testigos:

Abandonamos nuestro vehículo prácticamente cuando el terremoto estaba terminado. Escuchamos un ruido de baja frecuencia, algo distinto, aunque no muy diferente, del ruido producido por un terremoto. El ruido procedía de la dirección del Huascarán y observamos entre Yungay y el nevado, una nube gigante de polvo, casi color arcilla. Se había producido el aluvión; parte del Huascarán Norte se venia abajo. Eran aproximadamente las 15:24 horas. En la vecindad donde nos encontrábamos, el ultimo lugar que nos ofrecía una relativa seguridad contra la avalancha era el cementerio, construido sobre una colina artificial, una huaca pre-incaica. Corrimos unos 100 mts de carretera antes de ingresar al cementerio, que también había sufrido los efectos del terremoto. Ya en éste, atiné a voltear la vista a Yungay. En ese momento; se podía observar claramente una onda gigantesca de lodo gris claro, de unos 60 metros de alto, que empezaba a romperse en cresta y con ligera inclinación e iba a golpear el costado izquierdo de la ciudad. Esta ola no tenía polvo. En nuestra carrera sobre las escalinatas, logramos alcanzar la tercera terraza y encontramos la vía a la tercera terraza, más obstruida, y con un hombre, una mujer y tres niños tratando de alcanzarla. Nos desviamos a la derecha, sobre la tercera terraza, cuando un golpe seco de látigo, una porción de la avalancha alcanzo el cementerio en su parte frontal, prácticamente a nivel de la tercera terraza. El lodo pasó a unos cinco metros de nuestros pies. Se oscureció el cielo por la gran cantidad de polvo, posiblemente originado de las casas destruidas de Yungay. Volteamos la mirada: Yungay con sus varios miles de habitantes había desaparecido”.

Científico Ing. Mateo Casaverde acompañado del geofísico francés G. Patzelt y su esposa fueron testigos de este hecho.

Una de las grandes rocas caídas durante el alud aluvión.

La cumbre del Huascarán está cubierta de nubes que impiden ver la zona desde donde bajó el alud aluvión.

Al fondo la torre de la Iglesia, es la única parte visible que quedó, pues el resto está enterrado.

El lodo cubrió la zona aproximadamente en 20 mts. Cuando se camina sobre el terreno se ve pisa parte de los techos de las viviendas más altas que había en esa época.

El bus de la banda de la Policía, que fue arrastrado por el alud y ha quedado literalemente "clavado" en el lodo.

Foto de las históricas palmeras de la Plaza de Yungay, tienen marcada la zona hasta donde las cubrió el alud. Fue lo único que quedó en pie tras la desgracia.

Vista tomada desde la parte alta del cementerio de Yungay. Las personas que lograron correr hasta aquí, pudieron salvarse, pero fueron rescatadas luego de varios días, cuando los miembros del Ejército del Perú y la Fuerza Aérea pudieron llegar a la zona.